miércoles, 2 de enero de 2013

Entrevistas (1)


Entrevista de Giampietro Stocco a Pablo Dobrinin:
Realizada para el sitio The Uchronicles, enero del 2007. Forma parte de una serie de entrevistas a los autores que integraron la antología Schegge di futuro- Una selezione di fantascienza latino-americana (pdf, antología preparada por Gianluca Turconi, publicado en Letture Fantastiche).
Posteriormente apareció en español en la revista en línea Sinergia, dirigida por Sergio Gaut vel Hartman.



1) "Los festejos del fin del mundo" es un cuento breve que a mí
personalmente me ha evocado un cuadro de De Chirico o de Salvador Dalí:
¿cuánto hay de surrealismo en tu estilo?
- Me gusta mucho De Chirico, sobre todo en su etapa "metafísica", que fue la que deslumbró a los surrealistas. Dalí también, y Magritte, Max Ernst, Remedios Varo, Picabia, etc.  
El surrealismo ha sido muy importante para mí. Tengo muchos libros de ensayo sobre el surrealismo, y también obras de Breton, Artaud, Tzara, Eluard y Prevert, además de algunas antologías, entre las que se destaca por lejos la de un poeta argentino llamado Aldo Pellegrini, que puso toda su sensibilidad al servicio de un trabajo maravilloso.    
 Todo eso ha influido en mí, desde luego. Pero en lo que respecta a la idea central de dicho cuento, ella se me ocurrió luego de haber leído a antropólogos como Mircea Eliade, que estudiaron el significado que algunas comunidades le otorgaban a las celebraciones de fin de año. Tiene que ver con ideas como la carnavalización, la orgía como un llamamiento al caos para provocar la posterior regeneración del mundo, el tiempo mítico, el eterno retorno, etc. A menudo, lo que intento es hacer una historia con contenidos profundos, pero tratando de que esos contenidos no se vean groseramente en la superficie del relato, porque eso perjudicaría la lectura del mismo.     
2) Al mismo tiempo algunas de las imágenes son paradójicas, grotescas, como
los monstruos de Bosch. ¿Más que ciencia-ficción cultivas el fantástico,
entonces?
-Empecé a escribir a los once años, imitando el estilo de los cuentistas clásicos: Poe, Quiroga, Kipling, Chejov, Saki, Maupasant, etc., pero a eso de los dieciséis o diecisiete me di cuenta que el lenguaje tenía un poder secreto con el que uno podía explorar diferentes territorios. Sin darme cuenta de lo que hacía, escribí relatos que hoy diríamos que tienen mucho de surrealismo. Desde entonces, me he movido alternativamente hacia uno y otro extremo del péndulo. Luego me deslumbró García Márquez, Roberto Arlt, Cortázar, Borges, y después recién de haber disfrutado todo eso, me metí de lleno en los autores de ciencia ficción, sobre todo con la revista española Nueva Dimensión. Mis autores favoritos son Ballard, por el componente surrealista, Zelazny por su frescura y Bradbury por el uso poético que hace del lenguaje. Luego hay una multitud de obras puntuales que me quedaron grabadas: "La mujer del bosque" de Abraham Merrit, "Los poderes de Xanadú" de Theodore Sturgeon, "Un anillo alrededor del sol" de Clifford Simak, "Alas Nocturnas" de Robert Silverberg, "Un ojo en el cielo" de Philip K. Dick; bueno, la lista sería muy extensa, pero ya vas viendo por donde van mis gustos.  También quiero mencionar a dos autores que lograron imponerse sobre los estereotipos: el polaco Stanislav Lem y sobre todo el español Alfonso Álvarez Villar, que en su última etapa realizó una obra genial que aún no ha sido convenientemente valorada. Estudié tres años de profesorado de literatura, lo que me puso en contacto con los clásicos. Y también hice periodismo, que me aportó lo suyo. Todo deja algo en nosotros, y nos enseña alguna cosa.  Finalmente, la suma de todas esas lecturas, más mis gustos personales,  me ha llevado a desarrollar un concepto que he definido como "Cabalgar la Locura". Tiene que ver con el desarrollo de una literatura visceral, profundamente imaginativa y rica en contenidos, pero que no se agote en lo experimental. Lo interesante es lograr un producto que sea sumamente atrevido desde el punto de vista creativo, pero que al mismo tiempo funcione muy bien como un cuento. Es decir, que tenga una estructura ajustada a las necesidades, un correcto manejo de los tiempos, de la intensidad, que no pierda de vista el tema, que utilice el lenguaje de forma apropiada, y que cuente una historia, es decir, que no se agote en una reflexión intimista. Volviendo al surrealismo...el surrealismo, por lo menos el surrealismo estricto, de "receta", no me sirve a mí para crear un cuento, ya que el surrealismo se basa en la escritura automática, en el "recorta y pega" de los diarios, en los "cadáveres exquisitos" o en las transcripciones de los sueños. Con eso sólo es difícil hacer un relato, en el sentido cabal del término, pero, y aquí viene lo interesante, se puede aprovechar. Todas esas técnicas que mencioné se pueden utilizar como base, o como disparadores para un relato. Entonces el resultado puede ser de una frescura interesantísima. Pero más allá de estas técnicas o recursos, el surrealismo puede sernos útil como ejemplo. Si tenemos una actitud creativa aventurera, si simplemente nos sumergimos en nosotros mismos y nos abandonamos al placer de crear, habremos dado un paso muy importante. Hemos visto como un estudiante de música lucha con su instrumento por arrancarle las notas que se le resisten. Bueno, imaginemos que ese mismo estudiante podría transformarse en un artista, recorriendo el pentagrama de su imaginación. Pero para "Cabalgar la Locura" no alcanza con liberar las alas de la creatividad, hay que formarse. Dalí dijo una vez algo muy interesante, que la lección más importante se la había dado su primer profesor de pintura, cuando él era sólo un muchacho: le enseñó que debía pintar sin salirse de la línea. Suena a una broma de Dalí, pero no es nada de eso. Con esas palabras, lo que quería decirnos era que más allá de la creatividad que pongamos en juego, no debemos descuidar los aspectos técnicos, los fundamentos. Por eso es bueno leer a los clásicos, leer poesía, y todo lo que nos pueda enriquecer como artistas, no solamente determinados géneros o subgéneros. Dalí fue uno de los que logró "Cabalgar la Locura", no es una tarea sencilla, pero siempre va a ser un intenso placer intentarlo. Tal vez descubramos nuestros miedos, nuestras perversiones, nuestros sueños, pero valdrá la pena si por encima de todo logramos que se imponga la belleza. En esa aventura creativa puedo inclinarme hacia lo fantástico, el terror o  la ciencia ficción, aunque lo normal es que se produzca una mezcla de géneros. Pero sinceramente no es un tema que me preocupe. La buena literatura siempre va a ser más importante que cualquier género o subgénero, y a eso es a lo que debemos apuntar.
3) Tú vives en Uruguay: ¿qué tipo de aproximación a la literatura fantástica
hay en tu país?
-Actualmente hay de todo, fantástico clásico, ciencia ficción, fantasy, fantástico con elementos surrealistas, etc. Como ningún escritor de estos géneros vive de su arte, eso ha permitido que se expresen en la forma que les resulte más cómoda, sin tener que estar pensando en el dinero que podrían obtener por una obra. En lo que se refiere al caso específico de la ciencia ficción uruguaya, yo escribí su historia, que por ahora se viene publicando en entregas en la revista Axxón. Allí doy cuenta de las novelas, libros de relatos, de ensayos, de poesía, antologías, etc., todo lo que tenga que ver con ciencia ficción uruguaya.  Ha sido un trabajo de muchos años, que lo hice sin ningún fin de lucro, sólo con el afán de contribuir al conocimiento, a la difusión y al desarrollo de este género en mi país. Así que si a alguien le interesa leer o publicar algo de lo que allí escribo, no tiene más que comunicarse conmigo a mi e-mail: pablodobrinin@hotmail.com. 
4) Fantástico, ciencia-ficción, fantasy: en Italia más de uno mira mal a
estos géneros, definiéndolos políticamente como "de derecha": ¿cuál es tu
pensamiento al respecto?
-Esa afirmación sólo puede ser fruto de la ignorancia. Es gente que no ha leído literatura fantástica, ni ciencia ficción, obviamente, o que ha visto del fantasy sólo sus eventuales aspectos bélicos, sin darse cuenta que es mucho más importante el trasfondo mítico. No podemos pasarnos toda la vida defendiendo a estos géneros, sobre los que hay abundante bibliografía, y que ya se estudian en universidades y distintas instituciones educativas por gente idónea. Es mejor que aprovechemos ese tiempo para crear obras y disfrutarlas.  
5) Por qué has aceptado formar parte de una antología destinada a un
público italiano, publicada como ebook?
-Bueno, no me perdería por nada del mundo una oportunidad como esta. Estamos en este mundo para expresarnos, para conocer gente y hacer amigos. Para disfrutar de la creación y sumar nuestras propias creaciones. Para todo eso sirve esta antología y este proyecto. Pero hay algo más que me parece importantísimo. Me pareció notable la forma en la que Gianluca Turconi concibió esta antología, y te voy a explicar por qué. Un amigo que tengo en Francia, me dijo una vez que para publicar en ese país, uno debía interiorizarse de sus gustos literarios. Cuando le pregunté qué era lo que hacían en Francia me dijo que los temas principales eran la clonación y la realidad virtual. En lo estilístico-me explicó-ellos estaban intentando parecerse a los estadounidenses. Quiero aclararte que este amigo, que además es traductor, me dijo todo esto porque me aprecia, y quería ayudarme. Incluso valoró mi obra, pero simplemente me señaló que lo mío no encajaba en este momento en Francia. Bien, yo escuché todo esto y le agradecí por haberme informado, pero no por eso cambié mi estilo. Me dije a mi mismo: el día que me aprecien, en el sitio que sea, va a ser por mi singularidad, y no por mis facultades imitativas. A los pocos meses de esa conversación empecé a navegar en internet. Ya hace dos años que navego, desde entonces he conseguido publicar varios cuentos en revistas de Uruguay, Argentina, y en antologías de España, Francia y ahora por suerte también en Italia.  Por eso valoro esta antología, porque aquí puedo mostrarme como soy. Luego habrá gente a la que le guste y otra a la que no, pero eso es inevitable. Para mí lo importante es la autenticidad. 
6) ¿Qué piensas, si la conoces, de la ciencia-ficción italiana?
 -Trabajo en una librería, y la verdad es que no llegan obras de ciencia ficción italiana. Lo más cercano es Buzzatti y Calvino, de los que sí hay libros, pero eso no es ciencia ficción. En cambio, sí llegan libros de autores como Oriana Fallaci, Antonio Tabucchi, Umberto Eco, Alessandro Baricco, Susanna Tamaro, o Andrea Camilleri, que aquí se lee bastante. Me da la impresión entonces que no es un tema de países, sino de géneros. Es una situación lamentable, que no solamente ocurre con la ciencia ficción italiana, sino con toda la ciencia ficción europea, a excepción de la británica. Un ejemplo: el autor francés más conocido en Uruguay, más vendido, ¿saben cuál es? Julio Verne. Me imagino que el mismo desconocimiento ocurre en Europa con respecto a la ciencia ficción latinoamericana. Por eso es importante el trabajo que hacen las revistas, como por ejemplo la publicación electrónica Axxón, difundiendo la ciencia ficción de todo el mundo. Hoy por hoy, estimo que Axxón es lo más importante que está ocurriendo en el mundo de la literatura de ficción. Se necesitan más antologías, editoriales, colecciones , revistas, y traductores. América y Europa tienen muchísimo en común, pero esto es algo que se olvida muy fácilmente. Países como el mío, Uruguay, se han formado sobre la base de inmigrantes europeos.¿Por qué  entonces a veces parece que estuviéramos tan lejos, tan separados los unos de otros? Obviamente hay un enorme trabajo por hacer. Uno echa de menos lo que fue Europa en otro tiempo para la cultura, con sus maravillosas vanguardias, su empuje, y su personalidad. Estoy convencido de que la globalización debe servir para comunicarnos mejor, pero no para anular nuestra identidad.               
7) ¿Cuáles son tus modelos literarios?
 - Por todo lo que te he expresado, no creo en los modelos. Todos los autores que te mencioné son muy buenos para contribuir a la formación de un escritor, pero no me gusta pensar en ellos como modelos. Sería paradójico creer que un escritor que nos impresiona por su originalidad pueda servirnos de modelo. Diría que son amigos que te encuentras a lo largo del camino. Nadie  puede servirnos de guía cuando se trata de recorrer nuestros paisajes interiores. Hay algo de viaje iniciático en el camino del artista. Es una aventura personal.           
8) ¿Has pensado alguna vez en escribir una obra más larga que un cuento?
-Sí. Tengo una novela inédita que se llama Onírica, que es una suerte de manifiesto, con algo de novela contracultural y generacional, entre otras cosas, con muchos elementos surrealistas.  Y también una novela de fantasy que ya la reescribí como cuatro o cinco veces, pero todavía no me convence. Hace poco empecé a escribirla de nuevo, desde cero. Ahora creo que estoy más cerca de conseguirlo, porque siento que por fin he logrado despertar el alma de la historia. Me gusta, me atrapa el argumento que allí manejo, pero necesito mucho tiempo para dedicarme a ella. Por ahora sigo trabajando en cuentos. Me gustaría poder editar un libro de relatos para este año o el siguiente, así que voy a moverme en ese sentido. 
9) ¿Qué significa la ciencia-ficción para ti?
Bueno, podría recordar una definición de Asimov, de Judith Merril, o de cualquier otro autor, o referirme a las voces de alerta que la ciencia ficción ha dado en nuestra sociedad, etc., pero creo que no apunta a eso tu pregunta. Así que voy recordar algo más personal. Hace ya unos cuantos años, en plena calle,  me puse a charlar con una persona a la que no había visto más de cuatro o cinco veces. En determinado momento de la conversación descubrimos que teníamos la misma afición: a ambos nos encantaba la ciencia ficción. A la hora de estar hablando me invitó a pasar a su casa, me mostró sus libros, y me reseñó los argumentos de algunas obras que le habían impactado. Yo le hablé también de las obras que me gustaban, y realmente la pasamos muy bien, estuvimos horas charlando sobre otras realidades. Cuando salí de su casa ya era de noche, y el cielo estaba tachonado de estrellas. Eran las mismas estrellas del día anterior, pero al contemplarlas en ese momento yo sentí que tenían algo distinto. Por eso me gusta la ciencia ficción, porque ayuda a despertar el sentimiento de la maravilla que duerme en nosotros.           
10) La situación de Uruguay, un país pequeño con apenas tres millones y medio de habitantes, es muy particular, ya que ha desarrollado una identidad cultural muy notable. ¿Qué hacen los escritores uruguayos para diferenciarse, o eso no les importa en absoluto?
 -Las diferencias deben surgir naturalmente, inevitablemente, no se pueden inventar, porque de otra manera serían un engaño que no se podría sostener.  
Hace un tiempo, alrededor de 1996, tuve la idea de redactar en unos manifiestos mi concepto de "Cabalgar la Locura", y los agregué luego a mi novela "Onírica". De forma paralela, y sin saber lo que yo había hecho, mi amigo Bayeto había creado un concepto al que bautizó como "Onirismo Pragmático". Al cotejarlos, comprendimos que había muchas coincidencias entre ambos conceptos, sin embargo, por una u otra razón, nunca nos sentamos para redactar unos  manifiestos que supusieran la síntesis de ambos, lo que tal vez nos hubiera ayudado a tener un poco de publicidad extra. Pero lo importante, es que más allá de los acuerdos, es obvio que ambos estamos haciendo una ciencia ficción o fantasía con una fuerte carga onírica, y repartiéndola por países sudamericanos y europeos. También hay algunas novelas, escritas por gente que ha incursionado en la cf., que tienen una importante carga onírica, como "Apuntes encontrados en una vieja Cray" de Ana Solari y " Guía para un universo" de Natalia Mardero. También podemos contar algunos cuentos de gente como Ramiro Sanchíz, Pablo Rodríguez y Rosa González. O sea que efectivamente hay algo en el aire. De manera que podríamos decir que-aunque hay de todo por estos lados-lo más representativo de Uruguay es algo que al menos provisoriamente podríamos llamar : "Ciencia Ficción Onírica".
11) Conectado con lo anterior o como una misma pregunta: ha desarrollado el Uruguay una literatura fantástica con rasgos propios?
-Sí, aunque lógicamente se trata de un proceso. Es algo que nunca termina, y eso es lo interesante. Entre 1868-1869 Isidore Ducasse, nacido en Montevideo en 1846, y conocido como "el Conde de Lautréamont", escribía sus célebres Cantos de Maldoror. Fue una verdadera  bomba de tiempo. Tuvieron que pasar muchos años para que los surrealistas franceses, en el período de entre guerras, liderados por André Breton, redescubrieran esta joyita, que aun hoy sigue inspirando a mucha gente. No es exactamente narrativa, pero por momentos parece contar cierta historia. Es una obra de una poética salvaje. Es en cierto sentido inclasificable, Rubén Darío calificó a su autor como"raro", término que aún se utiliza en Uruguay. Los surrealistas por su parte vieron en los Cantos un antecedente formidable de todo lo que iban a hacer ellos después. "Todo está ahí" decía el propio Breton. A mi también me ha impactado, desde luego. Recuerdo que hace unos años yo escribía en una revista uruguaya de ciencia ficción, surrealismo y otros temas: " Lautréamont...No importa que la idiotez haya secuestrado tu arte, la poesía respira por las heridas. Tu despreciaste la altanería del maestro y construiste la gramática del deseo. Domador de monstruos, jinete de la locura. Con tu voz oscura como los sueños  del primer río del mundo,  nos guiaste hacia las puertas... Aun hoy, la noche mira a través de tus ojos". Pueden tener la certeza de que esa misma admiración que yo sentía y siento por Lautréamont, es compartida por muchos escritores en Uruguay. Y actualmente en mi país, ningún crítico se atrevería a negar el valor de los Cantos. Pero en su momento no fue apreciado, como era de suponerse. 
   Luego vendría Horacio Quiroga, con cuentos realistas, pero alternando con algunos relatos fantásticos, y hasta una novela corta de ciencia ficción como "El Hombre artificial". Pero no hubo una continuidad en otros escritores, algo que permitiera pensar en ese momento que se estaba gestando un proceso en la ciencia ficción o siquiera en la literatura fantástica uruguaya. Pero Quiroga fue importantísimo en otro sentido. Si Lautréamont puede representar  el paradigma de una poética inagotable, que nos invita a saltar al vacío, Quiroga encarna el método y la mesura. Tras beber en los cuentistas clásicos como Poe, Kipling, etc, Quiroga desarrolla en su famoso "Decálogo del perfecto cuentista"  (y también en sus cuentos más logrados) algo que podría ser interpretado como una síntesis de las "verdades" que se hoy en día se enseñan en los talleres literarios.  Para algunos críticos,  como Rómulo Cosse, el  realismo hegemónico comienza a trastocarse a partir de 1940, como una respuesta a los cambios sociales. El realismo persiste, pero comienza a desarrollarse una tendencia rupturista en expansión. Allí-entre los que cultivaron con mayor  o menor asiduidad lo fantástico-tenemos a autores como Felisberto Hernández, Armonía Somers, Mario Levrero, Tarik Carson, Héctor Galmés, etc. Los cambios no son sólo temáticos, sino también estilísticos. Tenemos entonces variantes estructurales y sintácticas, alternancia de narradores, falta de certezas, una ruptura del realismo, de las explicaciones racionales, un manejo más libre del lenguaje, intertextualidad, etc. De alguna manera, el modelo de sociedad armónica se resquebraja a partir de las guerras mundiales, y de la crisis de valores, como sucedió en el resto del mundo, y esa ruptura, esa distancia que se toma respecto a la confianza en el progreso, se traslada también a la literatura. Esto sucede no solamente con los escritores que se acercaron a lo fantástico, sino también con el resto. De hecho, y para ser más exactos, esa ruptura del realismo hegemónico, comienza para muchos en 1939, con la aparición de "El pozo" de Onetti. En Uruguay específicamente, entre esos cambios sociales que se reflejan en la literatura, habría que considerar la crisis económica que se inicia a partir de los años cincuenta y la dictadura militar que va del 73 al 85.  
Mi opinión personal es que la literatura uruguaya de ficción se ha construido a partir de estos dos paradigmas: Lautréamont-Quiroga. Aunque vale la pena recordar que los Cantos de Maldoror no es exactamente narrativa, y se ha dicho mil veces que es una obra que se resiste a todo intento de clasificación, pero ha influído en los narradores. Precisamente, por su condición de "plasma disolvente" como la calificó Breton, es que constituye un paradigma. El paradigma Quiroga persiste lo más campante, el paradigma Lautréamont cobra más fuerza a partir de 1940, pero como era lógico esperar, entre ambos se desarrolla un diálogo permanente. Los escritores uruguayos han tenido entonces la maravillosa posibilidad de desplazarse alternativamente de uno a otro paradigma, teniendo la certeza de que ambos son considerados literatura. Por otra parte, en Uruguay, el género no realista, a veces dividido por los estudiosos en "raro", "maravilloso", o "fantástico", no fue sistemáticamente negado por la crítica, como pudo haber ocurrido en otros países. Simplemente era visto como literatura. Nunca hubo colecciones que le pusieran etiquetas a la ficción, separándola en ciencia ficción, fantástico, o lo que fuera. De hecho, palabras como ciencia ficción o fantasy, apenas eran mencionadas. Con el tiempo vendría después el desarrollo de la ciencia ficción. Aquí ya nos encontramos con autores como Carlos María Federici o Gabriel Mainero, verdaderos pioneros en ese sentido. Ya sobre ellos pesa otro tipo de influencias, la de autores como Asimov, Clarke, Bradbury, etc. Vale decir, están muy lejos del paradigma Lautréamont. Federici y Mainero, parecen escribir a partir de la ciencia ficción, sobre todo anglosajona, y no de la sociedad que los rodea. El cuento más conocido de Federici, "Primera necesidad", publicado en multitud de antologías internacionales, no transcurre  en Montevideo, sino en...Nueva York! Esto ocurre al principio, porque después, el propio Federici se animará a colocar un héroe latinoamericano en un cuento como "El Nexo de Maeterlinck", si bien el suyo es un país inventado : "Maraguay". Más decidido,  Mainero, con su relato "El plumero", propondrá su idea de "ciencia ficción nativista", basada en el empleo de mitos locales. Estos dos autores tienen además otro concepto del relato, distinto a la literatura fantástica que surge después de 1940. No se cierran sobre sí mismos, en cuentos introspectivos o en meros planteos de situaciones, se preocupan de contar una historia, en desarrollar una acción, por eso asumen una escritura más lineal. Y lógicamente también recurren al repertorio de temas e íconos de la ciencia ficción. Eso es lo que les permite conectarse con la corriente general del género, apareciendo en antologías de  distintos países, o en revistas de España o Italia. Eso no quita que un autor como Levrero, precisamente por su originalidad, haya sido invitado a participar en varias antologías de ciencia ficción, con un cuento divertidísimo como "Caza de Conejos" que puede ser cualquier cosa menos realismo o ciencia ficción. Volviendo a Federici y Mainero, hay que decir que para ellos, fue particularmente importante la revista española Nueva Dimensión, aunque hubo muchas otras. Federici comenzó a publicar en ella a partir del número 3.
Si bien por un lado la falta de etiquetas fue positiva desde el momento en que no marginaba a los autores, por  otro lado fue perjudicial a la hora de intentar comercializar y difundir sus obras. Por eso fue necesario que los autores se proyectasen hacia afuera, creándose la paradoja de que a veces eran más conocidos en el exterior que en su propio país. Un escritor extraordinario como Tarik Carson,  fue en Argentina redescubierto como autor de ciencia ficción. Lo interesante, es que Carson es un autor distinto, que arrastra otro tipo de influencias. Según sus propias palabras, recién en 1984 conoce a los autores que "florecieron a partir de Hugo Gernsback". La ciencia ficción de este autor, más que preocuparse de los cambios tecnológicos, hace una extrapolación crítica y sarcástica  de la sociedad actual. Bueno, decía que estos autores -Federici, Mainero y Carson-pueden ser considerados los pioneros de la ciencia ficción uruguaya. ¿Qué pasó después, cuál fue el siguiente paso? Después de la dictadura militar uruguaya (1973-1985), surge un intento natural por expresarse, lo que provoca un gran empuje de revistas y publicaciones de todo tipo, generalmente políticas. Entre esas publicaciones surge la primera revista uruguaya de ciencia ficción: "Diaspar" (1988 a 1995). Tenemos a autores como Roberto Bayeto, Pablo Rodríguez, Claudio Pastrana, Héctor Álvarez, Ramiro Sanchíz, Rosa González, Cristina Chagas, y yo mismo. Esta publicación duró sólo tres números, pero fue muy germinal, por los cientos de reuniones que se realizaron, y a partir de ahí, algunos de estos autores se lanzaron a publicar en mercados extranjeros.    
 Hoy en día hay autores uruguayos publicando en Axxón, como Tatiana Carsen o Enrique Endriago, entre otros;  algunos de ellos radicados en Argentina. Y queda feo que me mencione, pero actualmente, los que más estamos publicando fuera de Uruguay somos Bayeto y yo. Diría que lo nuestro se podría definir, como adelantaba, con el rótulo de "Ciencia Ficción Onírica". Una ciencia ficción también con ingredientes míticos y antropológicos, y capaz de contemplar variantes estructurales y estilísticas. Entre los temas menciono: la búsqueda de conocimiento, la alienidad, la  muerte, la crítica social, las realidades múltiples, la evolución, el arte, etc. A menudo, presentamos también imágenes no precisamente realistas de Montevideo o Uruguay. Y el paradigma Lautréamont vuelve así a presentarse, aunque enriquecido con los conceptos de "Cabalgar la Locura" y el "Onirismo Pragmático".
           
12) ¿Cómo ves los intentos de difusión de la literatura fantástica a nivel continental y mundial desde la perspectiva de un país como Uruguay?
- Creo que no hay quejarse. Hoy más que nunca es hora de trabajar. Las publicaciones electrónicas dan unas posibilidades que antes no había. Luego, una vez que estas publicaciones logren un gran número de lectores, podrán lanzarse a la edición en papel. A punto de comenzar ese proceso está la propia Axxón, según tengo entendido.
            En estos momentos, Axxón está a la cabeza de todas las publicaciones a nivel incluso mundial, porque no existe ninguna revista que publique tanto material de ficción y de ensayo, de una cantidad tan importante de países. Y es bueno que así sea, porque la gente que dirige esta revista, pone el acento en la calidad literaria de los textos, y no en la pertenencia a tal o cual género.
            El hecho de que Carson haya podido expresarse en revistas de ciencia ficción argentina, habla muy bien de dichas publicaciones, porque demuestran su apertura mental. Son capaces de acoger,  sin ningún complejo de culpa, a autores que no siguen los pasos de los escritores anglosajones, cosa que no ocurre en otros sitios. Yo creo que esto sucede, por la sencilla razón de que en Argentina, también en Uruguay, digamos entonces en el río de la Plata, existieron autores que cultivaron una literatura fantástica de una extraordinaria calidad: Quiroga, Borges, Cortázar, Bioy Casares, Felisberto Hernández,  y Levrero, por sólo mencionar a los más importantes, que actuaron como espejos para el resto de los escritores. Y también porque existen críticos literarios e investigadores especializados en lo fantástico, de un nivel excelente, gente como Pablo Capanna, Elvio Gandolfo y Sergio Gaut vel Hartman, entre otros. Algunos  publicaban mucho en "El Péndulo", una revista que fue considerada por el especialista Sam J. Lundwall como la mejor revista de ciencia ficción del mundo. Esas cosas no suceden por casualidad.
            Lo importante entonces, para el desarrollo no sólo de las literaturas nacionales, sino también de las regionales o continentales, es que existan buenos escritores, y que además se pueda contar con críticos e historiadores que apuntalen esos procesos. El papel de la crítica no debe subestimarse. A veces se plantea la dicotomía escritor-crítico, afirmando que los segundos son escritores frustrados. Eso es una tontería que se derrumba tan pronto caemos en la cuenta que existieron escritores notables que también realizaron trabajos críticos, caso de Borges o Cortázar, por sólo mencionar a dos de los más importantes. Y además, los críticos no deben ser necesariamente torpes, ya hemos visto que los hay de un nivel excelente.
            Ya me cansé de esperar que los editores de mi país hagan algo al respecto. Así que la alternativa que veo es hacer  en un futuro una revista electrónica y también seguir apuntando al exterior. Hay un puñado muy interesante de escritores que se ha apartado del género por falta de motivación y de oportunidades, y me consta que algo similar ocurre en otros sitios. Pienso que con una publicación digital los tendríamos a todos de nuevo, y podríamos darle oportunidades a los nuevos escritores.  Por lo pronto, estoy tratando de convencer a algunos autores de que no se queden tan estáticos, y comprueben por ellos mismos que "ahí afuera" hay un mundo dispuesto a recibirlos. También es fundamental hacer vínculos entre asociaciones, revistas y países; realizar proyectos conjuntos, etc. Las posibilidades que brinda internet me entusiasman mucho. 
Hoy en día, hay una cantidad interesantísma de escritores, no sólo en América latina y Europa, sino también en otras  regiones del globo. Y por lo que sucede con Axxón, que ya ha llegado a los cinco millones de visitas, es obvio que también hay mucha gente que se interesa en este tipo de literatura. Creo que ha llegado la hora de aprovechar el momento excepcional que estamos viviendo para la cultura, y conseguir que todas esas fuerzas dispersas se cristalicen en proyectos concretos. Tengo algunas ideas al respecto, que sería bueno cotejar con la de otras personas. Pero es un tema tan amplio que sería mejor tratar en otro momento.                         



No hay comentarios:

Publicar un comentario