Entrevista
de Giampietro Stocco a Pablo Dobrinin:
Realizada
para el sitio The Uchronicles, enero del 2007. Forma parte de una serie de
entrevistas a los autores que integraron la antología Schegge
di futuro- Una selezione di fantascienza
latino-americana (pdf, antología preparada por Gianluca Turconi, publicado
en Letture Fantastiche).
Posteriormente apareció en español en la revista en línea
Sinergia, dirigida por Sergio Gaut vel Hartman.
1)
"Los festejos del fin del mundo" es un cuento breve que a mí
personalmente
me ha evocado un cuadro de De Chirico o de Salvador Dalí:
¿cuánto
hay de surrealismo en tu estilo?
-
Me gusta mucho De Chirico, sobre todo en su etapa "metafísica", que
fue la que deslumbró a los surrealistas. Dalí también, y Magritte, Max Ernst,
Remedios Varo, Picabia, etc.
El
surrealismo ha sido muy importante para mí. Tengo muchos libros de ensayo sobre
el surrealismo, y también obras de Breton, Artaud, Tzara, Eluard y Prevert,
además de algunas antologías, entre las que se destaca por lejos la de un poeta
argentino llamado Aldo Pellegrini, que puso toda su sensibilidad al servicio de
un trabajo maravilloso.
Todo eso ha influido en mí, desde luego. Pero
en lo que respecta a la idea central de dicho cuento, ella se me ocurrió luego de
haber leído a antropólogos como Mircea Eliade, que estudiaron el significado
que algunas comunidades le otorgaban a las celebraciones de fin de año. Tiene
que ver con ideas como la carnavalización, la orgía como un llamamiento al caos
para provocar la posterior regeneración del mundo, el tiempo mítico, el eterno
retorno, etc. A menudo, lo que intento es hacer una historia con contenidos
profundos, pero tratando de que esos contenidos no se vean groseramente en la
superficie del relato, porque eso perjudicaría la lectura del mismo.
2)
Al mismo tiempo algunas de las imágenes son paradójicas, grotescas, como
los
monstruos de Bosch. ¿Más que ciencia-ficción cultivas el fantástico,
entonces?
-Empecé
a escribir a los once años, imitando el estilo de los cuentistas clásicos: Poe,
Quiroga, Kipling, Chejov, Saki, Maupasant, etc., pero a eso de los dieciséis o
diecisiete me di cuenta que el lenguaje tenía un poder secreto con el que uno
podía explorar diferentes territorios. Sin darme cuenta de lo que hacía, escribí
relatos que hoy diríamos que tienen mucho de surrealismo. Desde entonces, me he
movido alternativamente hacia uno y otro extremo del péndulo. Luego me
deslumbró García Márquez, Roberto Arlt, Cortázar, Borges, y después recién de
haber disfrutado todo eso, me metí de lleno en los autores de ciencia ficción,
sobre todo con la revista española Nueva Dimensión. Mis autores favoritos son
Ballard, por el componente surrealista, Zelazny por su frescura y Bradbury por
el uso poético que hace del lenguaje. Luego hay una multitud de obras puntuales
que me quedaron grabadas: "La mujer del bosque" de Abraham Merrit,
"Los poderes de Xanadú" de Theodore Sturgeon, "Un anillo
alrededor del sol" de Clifford Simak, "Alas Nocturnas" de Robert
Silverberg, "Un ojo en el cielo" de Philip K. Dick; bueno, la lista
sería muy extensa, pero ya vas viendo por donde van mis gustos. También quiero mencionar a dos autores que
lograron imponerse sobre los estereotipos: el polaco Stanislav Lem y sobre todo
el español Alfonso Álvarez Villar, que en su última etapa realizó una obra
genial que aún no ha sido convenientemente valorada. Estudié tres años de
profesorado de literatura, lo que me puso en contacto con los clásicos. Y
también hice periodismo, que me aportó lo suyo. Todo deja algo en nosotros, y
nos enseña alguna cosa. Finalmente, la
suma de todas esas lecturas, más mis gustos personales, me ha llevado a desarrollar un concepto que
he definido como "Cabalgar la Locura". Tiene que ver con el
desarrollo de una literatura visceral, profundamente imaginativa y rica en
contenidos, pero que no se agote en lo experimental. Lo interesante es lograr
un producto que sea sumamente atrevido desde el punto de vista creativo, pero
que al mismo tiempo funcione muy bien como un cuento. Es decir, que tenga una
estructura ajustada a las necesidades, un correcto manejo de los tiempos, de la
intensidad, que no pierda de vista el tema, que utilice el lenguaje de forma
apropiada, y que cuente una historia, es decir, que no se agote en una
reflexión intimista. Volviendo al surrealismo...el surrealismo, por lo menos el
surrealismo estricto, de "receta", no me sirve a mí para crear un
cuento, ya que el surrealismo se basa en la escritura automática, en el
"recorta y pega" de los diarios, en los "cadáveres
exquisitos" o en las transcripciones de los sueños. Con eso sólo es
difícil hacer un relato, en el sentido cabal del término, pero, y aquí viene lo
interesante, se puede aprovechar. Todas esas técnicas que mencioné se pueden
utilizar como base, o como disparadores para un relato. Entonces el resultado
puede ser de una frescura interesantísima. Pero más allá de estas técnicas o
recursos, el surrealismo puede sernos útil como ejemplo. Si tenemos una actitud
creativa aventurera, si simplemente nos sumergimos en nosotros mismos y nos
abandonamos al placer de crear, habremos dado un paso muy importante. Hemos
visto como un estudiante de música lucha con su instrumento por arrancarle las
notas que se le resisten. Bueno, imaginemos que ese mismo estudiante podría transformarse
en un artista, recorriendo el pentagrama de su imaginación. Pero para
"Cabalgar la Locura" no alcanza con liberar las alas de la
creatividad, hay que formarse. Dalí dijo una vez algo muy interesante, que la
lección más importante se la había dado su primer profesor de pintura, cuando
él era sólo un muchacho: le enseñó que debía pintar sin salirse de la línea.
Suena a una broma de Dalí, pero no es nada de eso. Con esas palabras, lo que
quería decirnos era que más allá de la creatividad que pongamos en juego, no
debemos descuidar los aspectos técnicos, los fundamentos. Por eso es bueno leer
a los clásicos, leer poesía, y todo lo que nos pueda enriquecer como artistas,
no solamente determinados géneros o subgéneros. Dalí fue uno de los que logró
"Cabalgar la Locura", no es una tarea sencilla, pero siempre va a ser
un intenso placer intentarlo. Tal vez descubramos nuestros miedos, nuestras
perversiones, nuestros sueños, pero valdrá la pena si por encima de todo
logramos que se imponga la belleza. En esa aventura creativa puedo inclinarme
hacia lo fantástico, el terror o la
ciencia ficción, aunque lo normal es que se produzca una mezcla de géneros.
Pero sinceramente no es un tema que me preocupe. La buena literatura siempre va
a ser más importante que cualquier género o subgénero, y a eso es a lo que
debemos apuntar.
3)
Tú vives en Uruguay: ¿qué tipo de aproximación a la literatura fantástica
hay
en tu país?
-Actualmente
hay de todo, fantástico clásico, ciencia ficción, fantasy, fantástico con
elementos surrealistas, etc. Como ningún escritor de estos géneros vive de su
arte, eso ha permitido que se expresen en la forma que les resulte más cómoda,
sin tener que estar pensando en el dinero que podrían obtener por una obra. En
lo que se refiere al caso específico de la ciencia ficción uruguaya, yo escribí
su historia, que por ahora se viene publicando en entregas en la revista Axxón.
Allí doy cuenta de las novelas, libros de relatos, de ensayos, de poesía,
antologías, etc., todo lo que tenga que ver con ciencia ficción uruguaya. Ha sido un trabajo de muchos años, que lo
hice sin ningún fin de lucro, sólo con el afán de contribuir al conocimiento, a
la difusión y al desarrollo de este género en mi país. Así que si a alguien le
interesa leer o publicar algo de lo que allí escribo, no tiene más que
comunicarse conmigo a mi e-mail: pablodobrinin@hotmail.com.
4)
Fantástico, ciencia-ficción, fantasy: en Italia más de uno mira mal a
estos
géneros, definiéndolos políticamente como "de derecha": ¿cuál es tu
pensamiento
al respecto?
-Esa
afirmación sólo puede ser fruto de la ignorancia. Es gente que no ha leído
literatura fantástica, ni ciencia ficción, obviamente, o que ha visto del
fantasy sólo sus eventuales aspectos bélicos, sin darse cuenta que es mucho más
importante el trasfondo mítico. No podemos pasarnos toda la vida defendiendo a
estos géneros, sobre los que hay abundante bibliografía, y que ya se estudian
en universidades y distintas instituciones educativas por gente idónea. Es
mejor que aprovechemos ese tiempo para crear obras y disfrutarlas.
5)
Por qué has aceptado formar parte de una antología destinada a un
público
italiano, publicada como ebook?
-Bueno,
no me perdería por nada del mundo una oportunidad como esta. Estamos en este
mundo para expresarnos, para conocer gente y hacer amigos. Para disfrutar de la
creación y sumar nuestras propias creaciones. Para todo eso sirve esta
antología y este proyecto. Pero hay algo más que me parece importantísimo. Me
pareció notable la forma en la que Gianluca Turconi concibió esta antología, y
te voy a explicar por qué. Un amigo que tengo en Francia, me dijo una vez que
para publicar en ese país, uno debía interiorizarse de sus gustos literarios.
Cuando le pregunté qué era lo que hacían en Francia me dijo que los temas
principales eran la clonación y la realidad virtual. En lo estilístico-me
explicó-ellos estaban intentando parecerse a los estadounidenses. Quiero
aclararte que este amigo, que además es traductor, me dijo todo esto porque me
aprecia, y quería ayudarme. Incluso valoró mi obra, pero simplemente me señaló
que lo mío no encajaba en este momento en Francia. Bien, yo escuché todo esto y
le agradecí por haberme informado, pero no por eso cambié mi estilo. Me dije a
mi mismo: el día que me aprecien, en el sitio que sea, va a ser por mi
singularidad, y no por mis facultades imitativas. A los pocos meses de esa
conversación empecé a navegar en internet. Ya hace dos años que navego, desde
entonces he conseguido publicar varios cuentos en revistas de Uruguay,
Argentina, y en antologías de España, Francia y ahora por suerte también en
Italia. Por eso valoro esta antología,
porque aquí puedo mostrarme como soy. Luego habrá gente a la que le guste y
otra a la que no, pero eso es inevitable. Para mí lo importante es la
autenticidad.
6)
¿Qué piensas, si la conoces, de la ciencia-ficción italiana?
-Trabajo en una librería, y la verdad es que
no llegan obras de ciencia ficción italiana. Lo más cercano es Buzzatti y
Calvino, de los que sí hay libros, pero eso no es ciencia ficción. En cambio,
sí llegan libros de autores como Oriana Fallaci, Antonio Tabucchi, Umberto Eco,
Alessandro Baricco, Susanna Tamaro, o Andrea Camilleri, que aquí se lee
bastante. Me da la impresión entonces que no es un tema de países, sino de
géneros. Es una situación lamentable, que no solamente ocurre con la ciencia
ficción italiana, sino con toda la ciencia ficción europea, a excepción de la británica.
Un ejemplo: el autor francés más conocido en Uruguay, más vendido, ¿saben cuál
es? Julio Verne. Me imagino que el mismo desconocimiento ocurre en Europa con
respecto a la ciencia ficción latinoamericana. Por eso es importante el trabajo
que hacen las revistas, como por ejemplo la publicación electrónica Axxón,
difundiendo la ciencia ficción de todo el mundo. Hoy por hoy, estimo que Axxón
es lo más importante que está ocurriendo en el mundo de la literatura de
ficción. Se necesitan más antologías, editoriales, colecciones , revistas, y
traductores. América y Europa tienen muchísimo en común, pero esto es algo que
se olvida muy fácilmente. Países como el mío, Uruguay, se han formado sobre la
base de inmigrantes europeos.¿Por qué
entonces a veces parece que estuviéramos tan lejos, tan separados los
unos de otros? Obviamente hay un enorme trabajo por hacer. Uno echa de menos lo
que fue Europa en otro tiempo para la cultura, con sus maravillosas
vanguardias, su empuje, y su personalidad. Estoy convencido de que la
globalización debe servir para comunicarnos mejor, pero no para anular nuestra
identidad.
7)
¿Cuáles son tus modelos literarios?
- Por todo lo que te he expresado, no creo en
los modelos. Todos los autores que te mencioné son muy buenos para contribuir a
la formación de un escritor, pero no me gusta pensar en ellos como modelos.
Sería paradójico creer que un escritor que nos impresiona por su originalidad
pueda servirnos de modelo. Diría que son amigos que te encuentras a lo largo
del camino. Nadie puede servirnos de
guía cuando se trata de recorrer nuestros paisajes interiores. Hay algo de
viaje iniciático en el camino del artista. Es una aventura personal.
8)
¿Has pensado alguna vez en escribir una obra más larga que un cuento?
-Sí.
Tengo una novela inédita que se llama Onírica, que es una suerte de manifiesto,
con algo de novela contracultural y generacional, entre otras cosas, con muchos
elementos surrealistas. Y también una
novela de fantasy que ya la reescribí como cuatro o cinco veces, pero todavía
no me convence. Hace poco empecé a escribirla de nuevo, desde cero. Ahora creo
que estoy más cerca de conseguirlo, porque siento que por fin he logrado
despertar el alma de la historia. Me gusta, me atrapa el argumento que allí
manejo, pero necesito mucho tiempo para dedicarme a ella. Por ahora sigo
trabajando en cuentos. Me gustaría poder editar un libro de relatos para este
año o el siguiente, así que voy a moverme en ese sentido.
9)
¿Qué significa la ciencia-ficción para ti?
Bueno,
podría recordar una definición de Asimov, de Judith Merril, o de cualquier otro
autor, o referirme a las voces de alerta que la ciencia ficción ha dado en
nuestra sociedad, etc., pero creo que no apunta a eso tu pregunta. Así que voy
recordar algo más personal. Hace ya unos cuantos años, en plena calle, me puse a charlar con una persona a la que no
había visto más de cuatro o cinco veces. En determinado momento de la
conversación descubrimos que teníamos la misma afición: a ambos nos encantaba
la ciencia ficción. A la hora de estar hablando me invitó a pasar a su casa, me
mostró sus libros, y me reseñó los argumentos de algunas obras que le habían
impactado. Yo le hablé también de las obras que me gustaban, y realmente la
pasamos muy bien, estuvimos horas charlando sobre otras realidades. Cuando salí
de su casa ya era de noche, y el cielo estaba tachonado de estrellas. Eran las
mismas estrellas del día anterior, pero al contemplarlas en ese momento yo
sentí que tenían algo distinto. Por eso me gusta la ciencia ficción, porque
ayuda a despertar el sentimiento de la maravilla que duerme en nosotros.
10)
La situación de Uruguay, un país pequeño con apenas tres millones y medio de
habitantes, es muy particular, ya que ha desarrollado una identidad cultural
muy notable. ¿Qué hacen los escritores uruguayos para diferenciarse, o eso no
les importa en absoluto?
-Las diferencias deben surgir naturalmente,
inevitablemente, no se pueden inventar, porque de otra manera serían un engaño
que no se podría sostener.
Hace
un tiempo, alrededor de 1996, tuve la idea de redactar en unos manifiestos mi
concepto de "Cabalgar la Locura", y los agregué luego a mi novela
"Onírica". De forma paralela, y sin saber lo que yo había hecho, mi
amigo Bayeto había creado un concepto al que bautizó como "Onirismo
Pragmático". Al cotejarlos, comprendimos que había muchas coincidencias
entre ambos conceptos, sin embargo, por una u otra razón, nunca nos sentamos
para redactar unos manifiestos que
supusieran la síntesis de ambos, lo que tal vez nos hubiera ayudado a tener un
poco de publicidad extra. Pero lo importante, es que más allá de los acuerdos,
es obvio que ambos estamos haciendo una ciencia ficción o fantasía con una
fuerte carga onírica, y repartiéndola por países sudamericanos y europeos.
También hay algunas novelas, escritas por gente que ha incursionado en la cf.,
que tienen una importante carga onírica, como "Apuntes encontrados en una
vieja Cray" de Ana Solari y " Guía para un universo" de Natalia
Mardero. También podemos contar algunos cuentos de gente como Ramiro Sanchíz,
Pablo Rodríguez y Rosa González. O sea que efectivamente hay algo en el aire.
De manera que podríamos decir que-aunque hay de todo por estos lados-lo más
representativo de Uruguay es algo que al menos provisoriamente podríamos llamar
: "Ciencia Ficción Onírica".
11)
Conectado con lo anterior o como una misma pregunta: ha desarrollado el Uruguay
una literatura fantástica con rasgos propios?
-Sí,
aunque lógicamente se trata de un proceso. Es algo que nunca termina, y eso es
lo interesante. Entre 1868-1869 Isidore Ducasse, nacido en Montevideo en 1846,
y conocido como "el Conde de Lautréamont", escribía sus célebres
Cantos de Maldoror. Fue una verdadera
bomba de tiempo. Tuvieron que pasar muchos años para que los surrealistas
franceses, en el período de entre guerras, liderados por André Breton,
redescubrieran esta joyita, que aun hoy sigue inspirando a mucha gente. No es
exactamente narrativa, pero por momentos parece contar cierta historia. Es una
obra de una poética salvaje. Es en cierto sentido inclasificable, Rubén Darío
calificó a su autor como"raro", término que aún se utiliza en
Uruguay. Los surrealistas por su parte vieron en los Cantos un antecedente
formidable de todo lo que iban a hacer ellos después. "Todo está ahí"
decía el propio Breton. A mi también me ha impactado, desde luego. Recuerdo que
hace unos años yo escribía en una revista uruguaya de ciencia ficción,
surrealismo y otros temas: " Lautréamont...No importa que la idiotez haya
secuestrado tu arte, la poesía respira por las heridas. Tu despreciaste la
altanería del maestro y construiste la gramática del deseo. Domador de
monstruos, jinete de la locura. Con tu voz oscura como los sueños del primer río del mundo, nos guiaste hacia las puertas... Aun hoy, la
noche mira a través de tus ojos". Pueden tener la certeza de que esa misma
admiración que yo sentía y siento por Lautréamont, es compartida por muchos
escritores en Uruguay. Y actualmente en mi país, ningún crítico se atrevería a
negar el valor de los Cantos. Pero en su momento no fue apreciado, como era de
suponerse.
Luego vendría Horacio Quiroga, con cuentos
realistas, pero alternando con algunos relatos fantásticos, y hasta una novela
corta de ciencia ficción como "El Hombre artificial". Pero no hubo
una continuidad en otros escritores, algo que permitiera pensar en ese momento
que se estaba gestando un proceso en la ciencia ficción o siquiera en la
literatura fantástica uruguaya. Pero Quiroga fue importantísimo en otro
sentido. Si Lautréamont puede representar
el paradigma de una poética inagotable, que nos invita a saltar al
vacío, Quiroga encarna el método y la mesura. Tras beber en los cuentistas
clásicos como Poe, Kipling, etc, Quiroga desarrolla en su famoso "Decálogo
del perfecto cuentista" (y también
en sus cuentos más logrados) algo que podría ser interpretado como una síntesis
de las "verdades" que se hoy en día se enseñan en los talleres
literarios. Para algunos críticos, como Rómulo Cosse, el realismo hegemónico comienza a trastocarse a
partir de 1940, como una respuesta a los cambios sociales. El realismo
persiste, pero comienza a desarrollarse una tendencia rupturista en expansión.
Allí-entre los que cultivaron con mayor
o menor asiduidad lo fantástico-tenemos a autores como Felisberto
Hernández, Armonía Somers, Mario Levrero, Tarik Carson, Héctor Galmés, etc. Los
cambios no son sólo temáticos, sino también estilísticos. Tenemos entonces
variantes estructurales y sintácticas, alternancia de narradores, falta de
certezas, una ruptura del realismo, de las explicaciones racionales, un manejo
más libre del lenguaje, intertextualidad, etc. De alguna manera, el modelo de
sociedad armónica se resquebraja a partir de las guerras mundiales, y de la
crisis de valores, como sucedió en el resto del mundo, y esa ruptura, esa
distancia que se toma respecto a la confianza en el progreso, se traslada
también a la literatura. Esto sucede no solamente con los escritores que se
acercaron a lo fantástico, sino también con el resto. De hecho, y para ser más
exactos, esa ruptura del realismo hegemónico, comienza para muchos en 1939, con
la aparición de "El pozo" de Onetti. En Uruguay específicamente,
entre esos cambios sociales que se reflejan en la literatura, habría que
considerar la crisis económica que se inicia a partir de los años cincuenta y
la dictadura militar que va del 73 al 85.
Mi
opinión personal es que la literatura uruguaya de ficción se ha construido a
partir de estos dos paradigmas: Lautréamont-Quiroga. Aunque vale la pena recordar
que los Cantos de Maldoror no es exactamente narrativa, y se ha dicho mil veces
que es una obra que se resiste a todo intento de clasificación, pero ha
influído en los narradores. Precisamente, por su condición de "plasma
disolvente" como la calificó Breton, es que constituye un paradigma. El
paradigma Quiroga persiste lo más campante, el paradigma Lautréamont cobra más
fuerza a partir de 1940, pero como era lógico esperar, entre ambos se
desarrolla un diálogo permanente. Los escritores uruguayos han tenido entonces
la maravillosa posibilidad de desplazarse alternativamente de uno a otro
paradigma, teniendo la certeza de que ambos son considerados literatura. Por
otra parte, en Uruguay, el género no realista, a veces dividido por los
estudiosos en "raro", "maravilloso", o
"fantástico", no fue sistemáticamente negado por la crítica, como
pudo haber ocurrido en otros países. Simplemente era visto como literatura.
Nunca hubo colecciones que le pusieran etiquetas a la ficción, separándola en
ciencia ficción, fantástico, o lo que fuera. De hecho, palabras como ciencia
ficción o fantasy, apenas eran mencionadas. Con el tiempo vendría después el
desarrollo de la ciencia ficción. Aquí ya nos encontramos con autores como
Carlos María Federici o Gabriel Mainero, verdaderos pioneros en ese sentido. Ya
sobre ellos pesa otro tipo de influencias, la de autores como Asimov, Clarke,
Bradbury, etc. Vale decir, están muy lejos del paradigma Lautréamont. Federici
y Mainero, parecen escribir a partir de la ciencia ficción, sobre todo
anglosajona, y no de la sociedad que los rodea. El cuento más conocido de
Federici, "Primera necesidad", publicado en multitud de antologías
internacionales, no transcurre en
Montevideo, sino en...Nueva York! Esto ocurre al principio, porque después, el
propio Federici se animará a colocar un héroe latinoamericano en un cuento como
"El Nexo de Maeterlinck", si bien el suyo es un país inventado :
"Maraguay". Más decidido,
Mainero, con su relato "El plumero", propondrá su idea de
"ciencia ficción nativista", basada en el empleo de mitos locales.
Estos dos autores tienen además otro concepto del relato, distinto a la
literatura fantástica que surge después de 1940. No se cierran sobre sí mismos,
en cuentos introspectivos o en meros planteos de situaciones, se preocupan de
contar una historia, en desarrollar una acción, por eso asumen una escritura
más lineal. Y lógicamente también recurren al repertorio de temas e íconos de
la ciencia ficción. Eso es lo que les permite conectarse con la corriente
general del género, apareciendo en antologías de distintos países, o en revistas de España o
Italia. Eso no quita que un autor como Levrero, precisamente por su
originalidad, haya sido invitado a participar en varias antologías de ciencia
ficción, con un cuento divertidísimo como "Caza de Conejos" que puede
ser cualquier cosa menos realismo o ciencia ficción. Volviendo a Federici y
Mainero, hay que decir que para ellos, fue particularmente importante la
revista española Nueva Dimensión, aunque hubo muchas otras. Federici comenzó a
publicar en ella a partir del número 3.
Si
bien por un lado la falta de etiquetas fue positiva desde el momento en que no
marginaba a los autores, por otro lado
fue perjudicial a la hora de intentar comercializar y difundir sus obras. Por
eso fue necesario que los autores se proyectasen hacia afuera, creándose la
paradoja de que a veces eran más conocidos en el exterior que en su propio
país. Un escritor extraordinario como Tarik Carson, fue en Argentina redescubierto como autor de
ciencia ficción. Lo interesante, es que Carson es un autor distinto, que
arrastra otro tipo de influencias. Según sus propias palabras, recién en 1984
conoce a los autores que "florecieron a partir de Hugo Gernsback". La
ciencia ficción de este autor, más que preocuparse de los cambios tecnológicos,
hace una extrapolación crítica y sarcástica
de la sociedad actual. Bueno, decía que estos autores -Federici, Mainero
y Carson-pueden ser considerados los pioneros de la ciencia ficción uruguaya.
¿Qué pasó después, cuál fue el siguiente paso? Después de la dictadura militar
uruguaya (1973-1985), surge un intento natural por expresarse, lo que provoca
un gran empuje de revistas y publicaciones de todo tipo, generalmente
políticas. Entre esas publicaciones surge la primera revista uruguaya de
ciencia ficción: "Diaspar" (1988 a 1995). Tenemos a autores como
Roberto Bayeto, Pablo Rodríguez, Claudio Pastrana, Héctor Álvarez, Ramiro
Sanchíz, Rosa González, Cristina Chagas, y yo mismo. Esta publicación duró sólo
tres números, pero fue muy germinal, por los cientos de reuniones que se
realizaron, y a partir de ahí, algunos de estos autores se lanzaron a publicar
en mercados extranjeros.
Hoy en día hay autores uruguayos publicando en
Axxón, como Tatiana Carsen o Enrique Endriago, entre otros; algunos de ellos radicados en Argentina. Y
queda feo que me mencione, pero actualmente, los que más estamos publicando
fuera de Uruguay somos Bayeto y yo. Diría que lo nuestro se podría definir,
como adelantaba, con el rótulo de "Ciencia Ficción Onírica". Una
ciencia ficción también con ingredientes míticos y antropológicos, y capaz de
contemplar variantes estructurales y estilísticas. Entre los temas menciono: la
búsqueda de conocimiento, la alienidad, la
muerte, la crítica social, las realidades múltiples, la evolución, el
arte, etc. A menudo, presentamos también imágenes no precisamente realistas de
Montevideo o Uruguay. Y el paradigma Lautréamont vuelve así a presentarse,
aunque enriquecido con los conceptos de "Cabalgar la Locura" y el
"Onirismo Pragmático".
12)
¿Cómo ves los intentos de difusión de la literatura fantástica a nivel
continental y mundial desde la perspectiva de un país como Uruguay?
-
Creo que no hay quejarse. Hoy más que nunca es hora de trabajar. Las publicaciones
electrónicas dan unas posibilidades que antes no había. Luego, una vez que
estas publicaciones logren un gran número de lectores, podrán lanzarse a la
edición en papel. A punto de comenzar ese proceso está la propia Axxón, según
tengo entendido.
En
estos momentos, Axxón está a la cabeza de todas las publicaciones a nivel
incluso mundial, porque no existe ninguna revista que publique tanto material
de ficción y de ensayo, de una cantidad tan importante de países. Y es bueno
que así sea, porque la gente que dirige esta revista, pone el acento en la
calidad literaria de los textos, y no en la pertenencia a tal o cual género.
El hecho de que Carson haya podido
expresarse en revistas de ciencia ficción argentina, habla muy bien de dichas
publicaciones, porque demuestran su apertura mental. Son capaces de
acoger, sin ningún complejo de culpa, a
autores que no siguen los pasos de los escritores anglosajones, cosa que no
ocurre en otros sitios. Yo creo que esto sucede, por la sencilla razón de que
en Argentina, también en Uruguay, digamos entonces en el río de la Plata,
existieron autores que cultivaron una literatura fantástica de una
extraordinaria calidad: Quiroga, Borges, Cortázar, Bioy Casares, Felisberto
Hernández, y Levrero, por sólo mencionar
a los más importantes, que actuaron como espejos para el resto de los
escritores. Y también porque existen críticos literarios e investigadores
especializados en lo fantástico, de un nivel excelente, gente como Pablo
Capanna, Elvio Gandolfo y Sergio Gaut vel Hartman, entre otros. Algunos publicaban mucho en "El Péndulo",
una revista que fue considerada por el especialista Sam J. Lundwall como la
mejor revista de ciencia ficción del mundo. Esas cosas no suceden por
casualidad.
Lo importante entonces, para el
desarrollo no sólo de las literaturas nacionales, sino también de las
regionales o continentales, es que existan buenos escritores, y que además se
pueda contar con críticos e historiadores que apuntalen esos procesos. El papel
de la crítica no debe subestimarse. A veces se plantea la dicotomía
escritor-crítico, afirmando que los segundos son escritores frustrados. Eso es
una tontería que se derrumba tan pronto caemos en la cuenta que existieron
escritores notables que también realizaron trabajos críticos, caso de Borges o
Cortázar, por sólo mencionar a dos de los más importantes. Y además, los
críticos no deben ser necesariamente torpes, ya hemos visto que los hay de un
nivel excelente.
Ya me cansé de esperar que los
editores de mi país hagan algo al respecto. Así que la alternativa que veo es
hacer en un futuro una revista
electrónica y también seguir apuntando al exterior. Hay un puñado muy
interesante de escritores que se ha apartado del género por falta de motivación
y de oportunidades, y me consta que algo similar ocurre en otros sitios. Pienso
que con una publicación digital los tendríamos a todos de nuevo, y podríamos
darle oportunidades a los nuevos escritores.
Por lo pronto, estoy tratando de convencer a algunos autores de que no
se queden tan estáticos, y comprueben por ellos mismos que "ahí
afuera" hay un mundo dispuesto a recibirlos. También es fundamental hacer
vínculos entre asociaciones, revistas y países; realizar proyectos conjuntos,
etc. Las posibilidades que brinda internet me entusiasman mucho.
Hoy
en día, hay una cantidad interesantísma de escritores, no sólo en América
latina y Europa, sino también en otras
regiones del globo. Y por lo que sucede con Axxón, que ya ha llegado a
los cinco millones de visitas, es obvio que también hay mucha gente que se
interesa en este tipo de literatura. Creo que ha llegado la hora de aprovechar
el momento excepcional que estamos viviendo para la cultura, y conseguir que
todas esas fuerzas dispersas se cristalicen en proyectos concretos. Tengo algunas
ideas al respecto, que sería bueno cotejar con la de otras personas. Pero es un
tema tan amplio que sería mejor tratar en otro momento.
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